Salud y felicidad son estados que podemos activar voluntariamente en nuestro cuerpo y en nuestra mente

8 min de lectura - 05 Abril 2017

Entrevistamos a Eric Knouse, fundador de Mindful Science, con el que hablamos de cómo las prácticas mente-cuerpo, que rápidamente están abriéndose paso en los modelos de salud occidentales, son la clave para enfrentarnos a los terribles males de nuestra sociedad moderna.

En 2007, hace ya 10 años, accediste a lo que se podría denominar un "estado expandido de conciencia".

Después de décadas de trabajo en el campo del desarrollo de negocios, me retiré a una pequeña cabaña en las montañas de Colorado, a 2500 metros de altura. Cada día me dedicaba a cortar madera para calentar la cabaña y, agotado, me sentaba en mi vieja silla y respiraba en silencio. Cerraba los ojos, me relajaba y observaba mi respiración. Me hacía sentir tan bien que lo convertí en una rutina diaria. Un día que nunca olvidaré desencadené un estado interior de indescriptible claridad, paz y felicidad. Fue tan profundo, tan real y luminoso, que me dejó conmocionado. Me pilló totalmente desprevenido, pues nunca busqué ni esperé experimentar algo así, y por eso siempre suelo decir que cambié mi vida por accidente (risas).

Y quisiste encontrar una explicación a tu experiencia.

Bajé a la ciudad y comencé a hablar con amigos, doctores, psicólogos, practicantes de Yoga, maestros budistas… con cualquier persona que pudiera ayudarme a entender lo que estaba sucediendo en mi cuerpo y en mi mente. Aprendí que las tradiciones místico-espirituales tenían diversos nombres para este tipo de experiencias, pero lo que realmente llamó mi atención fue lo que me revelaron mis amigos científicos: había activado una respuesta parasimpática en el sistema nervioso autónomo, lo que el Dr. Herbert Benson llamó la Respuesta de Relajación.

¿Puede todo el mundo activar voluntariamente esta respuesta parasimpática?

Absolutamente. Con preparación y sencillas prácticas diarias cualquier persona de cualquier edad puede aprender a crear este estado de seguridad en su cuerpo y en su mente.

Sentirnos seguros es una de nuestras asignaturas pendientes. Parece que estamos sumidos en un constante estado de amenaza, miedo, estrés y ansiedad.

Los estudios nos muestran que nuestros estilos de vida occidentales están aumentando alarmantemente los niveles de estrés, ansiedad y depresión en la población. Nos encontramos viviendo en un estado crónico de distracción, reacción y miedo porque ya no sabemos cómo encontrar seguridad. La seguridad interior es la clave para activar una respuesta de crecimiento en nuestro organismo y nuestra psique.

Y qué decir de otros males como la preocupación o la tristeza…

Nos estamos perdiendo la vida. Nos preocupamos, sufrimos, y la tristeza se convierte en algo normal para nosotros, con lo que el sistema nervioso aprende a operar desde una línea de base de tristeza que reproduce constantemente. Normalizar la tristeza genera un gran desconcierto mental, lo que a su vez activa ese caos nervioso, hormonal y celular que frecuentemente suele desembocar en enfermedades físicas o en depresión, la tercera causa de muerte según la OMS.

¿Cómo pueden ayudarnos el silencio, la introspección y la práctica del mindfulness/atención plena?

La mayoría del tiempo nuestros pensamientos son acerca de un pasado que nos atormenta o un futuro que solemos pintar como terrible. La buena noticia es que podemos aprender a observar estos pensamientos en total aceptación y podemos aprender también a regresar al momento presente. La respiración es la clave. Además de anclarnos en el aquí y ahora, una respiración sosegada le indica al sistema nervioso que todo está bien. Estamos seguros, a salvo; no hay de qué preocuparse. La respiración consciente es la herramienta de autorregulación y transformación más poderosa que poseemos como especie. Cuando respiramos pausadamente, el sistema nervioso responde de inmediato restaurando todos nuestros mecanismos biológicos de crecimiento y nuestras funciones cognitivas superiores.

La respiración como clave de la transformación personal.

Cuando sólo hay aliento, no hay lugar para el miedo. Y cuando no hay miedo, permitimos que el cuerpo-mente regrese a ese estado original de equilibrio que conocemos como homeostasis, donde nos sentimos plenos, sanos y en armonía.

Salud, paz interior, felicidad… Es lo que todo el mundo quiere.

Y podemos elegir activar voluntariamente estos estados interiores. La claridad de pensamiento y los sentimientos de felicidad emergen en nuestra conciencia cuando enfocamos nuestra atención en el momento presente sin distorsiones, y la respiración es una forma efectiva y placentera hacerlo. Respirar conscientemente nos permite desarrollar esa virtud que todos poseeemos de estar presentes con lo que hay, con la vida que surge, en total aceptación, confianza, apertura y curiosidad. Las ciencias contemplativas llevan siglos transmitiendo este mensaje y hoy la ciencia valida empíricamente sus postulados.

Parece muy simple, pero da la sensación de que no todo el mundo está dispuesto a hacerlo.

Creo que una vez que somos honestos con nosotros mismos, una vez que entramos en profundo contacto con nuestro dolor y nos damos cuenta de cuánto sufrimos realmente, de una forma u otra tomamos la decisión de salir de nuestro infierno personal y buscamos vías de suavizar nuestra angustia. Lo importante es acompañar esta decisión de una acción correcta. Debemos emprender estrategias útiles y alejarnos de las neurosis y los arranques narcisistas. El camino del bienestar, el autodesarrollo y la autorrealización es un camino de práctica. La atención plena a la respiración es la mejor forma que encontré de transitar el momento presente en armonía.

¿Cómo pueden las tecnologías modernas apoyar este proceso de autorregulación mente-cuerpo?

Hoy sabemos que el cuerpo y la mente pueden transformarse con práctica diaria, y las tecnologías de biofeedback pueden ayudarnos a acelerar nuestro proceso de transformación cuerpo-mente al mostrarnos lo que está pasando, en tiempo real, cuando practicamos. Una vez que vemos frente a nosotros los fabulosos cambios que nuestra práctica genera, nos sentimos impulsados a continuar en nuestro viaje a las profundidades de nuestro ser. Este es, en mi opinión, el gran valor de las nuevas tecnologías biométricas.

¿Cuál será el papel futuro de las prácticas mente-cuerpo en la sanidad pública?

Las prácticas mente-cuerpo son un recurso imprescindible para el nuevo modelo de asistencia sanitaria que está emergiendo, aunque todavía no gozan de la popularidad que merecen. Existen aún demasiados conflictos de interés a nivel corporativo, y creo que todos sabemos a qué me refiero. El bisturí y los fármacos seguirán existiendo, pero las prácticas mente-cuerpo cambiarán la forma en que nos implicamos con nuestra salud. Nos ayudarán a comprometernos con nuestra autorregulación sin derivar nuestra responsabilidad personal, sobre todo a nivel preventivo.

¿Algún consejo para lograr este estado interior de calma y paz?

Es sencillo. En primer lugar, comprométete. Toma la decisión de participar responsablemente en tu bienestar a través de la práctica regular. Si no sabes muy bien cómo comenzar, aprende de profesionales que puedan ayudarte a establecer un hábito meditativo consistente y duradero.

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